Por: Ana Teresa Gutiérrez del Cid
Los intereses nacionales de Rusia
Los intereses nacionales de Rusia en la esfera internacional desde el cambio de gobierno con el presidente Vladimir Putin, consisten en garantizar la soberanía, el fortalecimiento de las posiciones de Rusia como una gran potencia, constituirse en uno de los centros de influencia en el mundo multipolar para el desarrollo de relaciones justas y provechosas con todos los países y promueve las uniones de integración, sobre todo con los países exsoviéticos, integrantes de la Comunidad de Estados Independientes (CEI) y los socios tradicionales de Rusia.
Los intereses nacionales de Rusia en la esfera militar consisten en la defensa de la soberanía, independencia, integridad territorial y gobernabilidad, en evitar una agresión militar contra su territorio y sus socios y en la garantía de condiciones para un desarrollo pacífico y democrático.
Aspectos de la formación de los intereses geopolíticos y geoestratégicos de Rusia
Desde el siglo XIX, uno de los padres de la Geopolítica, Sir Halford Mackinder, planteaba la importancia estratégica de Rusia: “¿No es la región eje de la política mundial aquella gran región euroasiática inaccesible a barcos y hoy a punto de ser cubierta por una red de ferrocarriles?… Rusia reemplaza al Imperio mongol… En el mundo, en general, ocupa ella la posición central, estratégica, de Alemania en Europa…”1
Más tarde, Karl Haushofer, el geógrafo que trazó en el Instituto de Múnich los diseños para los planes de conquista de Hitler, argumentó la importancia de la conquista de Rusia: “La posesión de un cuerpo terrestre tan vasto y rico que no lo pueda abarcar el poder naval…La imaginaba como una poderosa unidad que hiciera insignificantes las bases navales británicas situadas a sus bordes”2.
Haushofer, inspirado en los estudios de Mackinder planteaba que: “comenzaría con una unión de Alemania y Rusia, voluntaria o provocada por la conquista alemana de este país. La victoria alemana sobre Rusia significaría para Alemania la posesión de una riqueza enorme, toda la riqueza del corazón continental, de la región-eje del mundo. Ningún poder naval angloamericano sería capaz de levantarse contra tal poderío”3.
Estas argumentaciones dan idea del enorme poderío de Rusia a través de los tiempos y de la codiciosa ambición que despertaba en otras potencias para adueñarse de sus territorios a lo largo de la historia, desde la invasión de Napoleón en el siglo XIX que fracasó, hasta la de Hitler en el siglo XX. Sin embargo, la Unión Soviética era un Estado fuerte que en 1939 tenía el primer lugar en producción industrial y el segundo en el mundo y que estaba construyendo pacíficamente su economía, industrialización y educando a su población. El resultado de la invasión nazi fue el inicio de la Gran Guerra Patria en 1941 que culminó con la victoria de la URSS en 1945.
Mientras que la Alemania nazi era un Estado que buscaba salir de la terrible situación económica a la que la sometieron los Tratados de Versalles, sobre todo por las inmensas reparaciones de guerra que llevaron su moneda a 1 dólar por 4 billones de marcos.
Al reflexionar sobre la historia de Rusia, la formación del Imperio Zarista a lo largo de los siglos demostraba el poderío de su visión geopolítica. Posteriormente, después de la Primera Guerra mundial, los bolcheviques no perdieron el territorio del imperio, como le sucedió al Imperio Austrohúngaro, que se fragmentó en países por medio del principio de las nacionalidades, expuesto en los catorce puntos de Woodrow Wilson y que sirvieron de base para la fundación de la Sociedad de Naciones en 1920.
Después de la Segunda Guerra Mundial, la extensión territorial del gobierno soviético llegó hasta la partición de Alemania y controlaba Europa central y del Este. Aunque en la escuela soviética, el término Geopolítica se consideraba una disciplina asociada a los nazis y se estigmatizaba, lo cierto es que como nunca Moscú ejercía influencia en varios territorios.
No obstante, desde la caída de la URSS, la Geopolítica se transforma en una disciplina necesaria para el Estado Ruso, con la cual se pudo ir reconstruyendo la representación de los intereses nacionales que estaban debilitados como nunca, producto de la pérdida de una gran parte del territorio soviético y de su bloque europeo.
Uno de los principales postulados de esta disciplina consiste en que el espacio geográfico es no sólo el territorio de los países, sino un atributo de su fuerza. Así, una relación de protección sobre su espacio debe ser el contenido principal de la concepción geopolítica de la Federación Rusa en la etapa post soviética4.
Maruev, experto ruso, plantea que actualmente, el aspecto geográfico de esta ciencia tiene un importante, pero no un único significado: “En el siglo XXI y en el marco de la globalización, el parteaguas en el ramo de las tecnologías de la información y la exploración del espacio cósmico hace que los intereses geopolíticos estén en menor medida atados a la geografía y cada vez más se caracterizan por las concepciones sobre el espacio”5.
En este contexto, los intereses militares de Rusia se traducen en la construcción de un sistema de seguridad militar, capaz de garantizar una defensa efectiva del país y la defensa armada de los intereses vitales de Rusia.
En este trabajo sólo se tratarán los intereses de Rusia en dos exrepúblicas soviéticas, hoy países independientes en Europa del este.
Europa y la crisis de Ucrania: la primera revolución de color de 2004 y la segunda: Maidan 2013-14
La crisis de Ucrania tiene varios niveles de significado. Pero en el plano geopolítico es sobre si Europa seguirá desarrollando lazos económicos y políticos más profundos con Rusia de los que tiene hasta la fecha; o si Estados Unidos tomará medidas más agresivas para reducir la velocidad, dar marcha atrás, y potencialmente romper, la creciente relación económica de Europa y Rusia.
Desde 2004, Ucrania ha intentado ingresar a la OTAN, cuando ha tenido presidentes prooccidentales como fue el caso de Yushenko, la primera revolución de color, denominada Naranja. Después del derrocamiento del presidente Víctor Yanukovich en 2014, Ucrania sigue sin pertenecer a este pacto, pero está confrontada con Rusia y esta posición le da dividendos económicos y políticos. Pero, al liberarse como lo ha hecho, de la cercanía de Moscú, enfrenta una serie de retos como un gran empobrecimiento de la población, el surgimiento de grupos ultranacionalistas de corte neonazi, un gran endeudamiento e incapacidad para modernizar su economía. Por lo que, Ucrania no ocupará el papel de puente entre Europa y el Medio Oriente y hacia la región de Asia-Pacífico, porque este lugar lo ocupa firmemente Turquía.
A pesar de la férrea oposición de Estados Unidos, el gasoducto Nord Stream 1 fue construido en 2011, lo que le ha permitido a Rusia exportar gas sin problemas con países de tránsito y a Alemania un abastecimiento seguro y accesible. De esta manera, el proyecto ha sido favorable a ambas naciones, al grado de que, en 2015, en el Foro Económico de San Petersburgo, surgió la propuesta de construir otro gasoducto con el nombre de Nord Stream 2. Este nuevo proyecto consiste en la construcción de un gasoducto paralelo al primero con una extensión de 1200 km y una capacidad de 55 mil millones de m3 anuales con el mismo objetivo de exportar el gas natural ruso a Europa. Sin embargo, han surgido problemas políticos que han impedido su puesta en marcha.
Bielorrusia
En cuanto a Bielorrusia, hoy es mucho más importante para Rusia que Ucrania en el periodo del final del gobierno de Yanukovych. En primer lugar, porque Bielorrusia sigue siendo el único estado en alianza con Rusia, que se encuentra al oeste de la frontera rusa (Sharov, 2020). Y Rusia extrajo de la experiencia de Ucrania, que no pude permitir que Bielorrusia salga de su órbita de influencia, de lo contrario, Rusia quedará aislada por una serie de naciones hostiles, algo que no puede permitirse, sobre todo por la creciente hostilidad de los Estados Bálticos, de Ucrania y de Polonia. Así, la importancia de Bielorrusia para Rusia es vital. Durante mucho tiempo, la República de Bielorrusia ha sido y es para Rusia el territorio más importante desde el punto de vista geopolítico. Si, por alguna razón, Bielorrusia se convierte en un estado hostil, esto complicará la situación geopolítica de Rusia.
La idea de crear un cordón sanitario del Mar Negro al Mar Báltico que incluya a los Estados Bálticos, Bielorrusia y Ucrania, pertenecía ya a la Alemania imperial, y se implementó durante un corto tiempo después de la Paz de Brest de 1918. Su propósito era aislar a Rusia y reducir su territorio.
Hoy después de la caída de la Unión Soviética, la lucha por nuevas esferas de influencia es una realidad: abiertamente la OTAN tiene como objetivo crear una cadena de regímenes políticos hostiles a lo largo de todas las fronteras occidentales de Rusia.
Teniendo en cuenta el componente energético de la política exterior de Rusia, estamos hablando de la creación de una comunidad de Estados de tránsito con una marcada orientación anti rusa que impidiera el tránsito de los ductos.
Moscú toma todo esto en serio como un desafío peligroso y, aparentemente, deja en claro a los socios europeos que no se permitirá una repetición del Maidan ucraniano de 2014 en Bielorrusia y está listo para llegar hasta el final.
Según el experto militar Konstantin Sivkov, Estados Unidos se está retirando de Europa y Alemania ha declarado que puede proteger a Europa. Pero la actual Alemania no tiene la capacidad científica anterior y tiene construcción de maquinaria, pero no tiene armas nucleares, y sólo puede proteger económicamente el territorio europeo. Alemania estará en el occidente, Rusia en el oriente. Por eso Estados Unidos no quiere que se unan estas potencias y debido a esta situación necesita crear un cordón sanitario para que esto no ocurra6.
En Polonia hay un fuerte interés de recrear el denominado Reich Pospolite con los Estados Bálticos, Ucrania, Polonia y Bielorrusia, la elite polaca tiene este objetivo. Si se creara una alianza germano-rusa, Polonia teme mucho esto, por razones históricas, por lo que Bielorrusia es una pieza clave para interponerse en esta alianza7.
Por lo que, se ha creado para este fin el denominado Triángulo de Lublín. Además, Polonia, gracias a la creación de éste (Ucrania se convirtió en uno de sus participantes y también Lituania y Polonia), puede no tener en cuenta las recomendaciones de la UE y dado que adquirió cierta libertad de maniobra y en la situación actual, parece que lo mejor para Polonia es prolongar el proceso de negociaciones entre las autoridades bielorrusas y la oposición, tratando de evitar que Rusia desempeñe un papel notable en éste y creando las bases para la participación de Estados Unidos.
Por supuesto, Bielorrusia es un país soberano y tiene derecho a elegir a sus socios. Pero una cosa es cuando se trata de sus relaciones bilaterales con Polonia, Lituania o Ucrania y otra cuando se trata de la posibilidad de unirse a una alianza con un claro tono anti ruso, ya que una de las tareas del Triángulo de Lublin, es coordinar conjuntamente las relaciones con Rusia y, a juzgar por el tono y el texto de la Declaración Conjunta, claramente no va en la dirección de una mejoría.
1 Sir Halford ]. Mackinder: Democratic Ideals and Reality (New York, Henry Hok, 1919; the 1942 ed., pág. 150). Esta tesis fue originalmente pronunciada como conferencia («E! eje geográfico de !a historia», The Geographic Journal, XXXIII, 1904, págs. 434-437) ante la Real Sociedad Geográfica de Londres.
2 Joseph S. Rousek, “ Adopción soviética de las metas geopolíticas ”, Revista de Estudios Políticos, España 1956, p.56.
3 Ibidem
4 Aspectos Militares de la formación de los intereses geopolíticos y geoestratégicos de Rusia), Moscú, 2009, p.1.
5 Ibidem, p.2
6 Sitkov, V. (21 de 08 de 2020). El conflicto en Belarús. (P. D. TV, Entrevistador)
7 Sotnikov, A. (20 de 08 de 2020). (Polonia se prepara a convertir a Bielorrusia en su provincia). Obtenido de Sbovodnaia Presa (Prensa Libre): https://news.rambler.ru/world/44697308-polsha-sobiraetsya-sdelat-belarus-svoey-provintsiey/