Por Alexandru Otero Tamayo M.
México enfrenta la pérdida de la calificación de inversiones
Desde hace algunas semanas se han escuchado opiniones que cada vez más apuntan con mayor fuerza a que México se encuentre en la incertidumbre de tener un recorte en la calificación crediticia del país. Una situación que preocupa con creces, ya qué de darse, ésta detonaría la perdida de inversiones y se limitaría el acceso a fuentes de financiamiento en el exterior.
Muchos expertos en el tema coinciden al opinar que, si no se cambia la ruta del país en los próximos meses, México perdería su grado de inversión y la economía mexicana sufrirá un éxodo masivo de capitales, lo que abrirá graves consecuencias que irían en cadena. En este sentido, al ver limitado su acceso a financiamiento internacional, al crédito que sí tendría acceso, obviamente sería más caro y no solo para el gobierno, también para las empresas, la banca y los ciudadanos en general.
Si ponemos esto en el serio contexto de la pandemia y sus devastadores efectos, frente a la posibilidad de que la calificación crediticia de México se desplome por debajo del grado de inversión, esto representaría un golpe durísimo para el país.
México está sufriendo actualmente una crisis sin precedentes, no solo sanitaria, pero también económica y social, tal vez estamos en la última curva de este maratón agobiante para tomar medidas que frenen este proceso y así evitar que el año próximo México vera afectada la nota soberana.
Hemos escuchado varias veces al presidente diciendo que no le preocupa mucho la opinión de las calificadoras, pero ¿qué son las calificadoras? Son entidades responsables de marcar el camino para los inversionistas, de las tres principales calificadoras, dos tienen a México con una perspectiva negativa, con otras palabras, la nota no tiene un “diagnóstico” alentador, y la posibilidad de una tendencia a la baja es evidente. Las agencias calificadoras contemplan varios elementos al momento de recortar una nota, como el potencial de crecimiento económico, la deuda pública y la capacidad de pago.
Con esto, los bonos de México están cerca de quedar en la categoría “basura”, significando que los grandes inversionistas simplemente no podrían invertir, porque toman en cuenta la opinión de las calificadoras, de modo que los títulos no serían atractivos.
Recordemos que México ha recorrido un largo camino para construir una imagen sólida y atractiva para los inversionistas, sería verdaderamente un desastre que todo lo logrado fuera desperdiciado, es decir que México se enfrentaría con un escenario complicado al no obtener los créditos por parte de los organismos internacionales, si es que México perdiera su grado de inversión. En opinión de expertos de JP Morgan, si los bonos de México se convierten en bonos basura estarían en riesgo más de 44 mil millones de dólares en bonos mexicanos, de los cuales un 10 % se encuentran en la deuda de bolsa corporativa, lo cual significa que las empresas estarían en una situación delicada y preocupante. Hay dos factores importantes que influyen de una manera determinante a la pérdida o no del grado de inversión de México, uno tiene que ver con las finanzas públicas y el otro con el desempeño de Pemex hasta 2024, es decir, lograr las metas propuestas y captar inversión privada mayor en el sector energético.
Por su parte expertos en el tema de Bank of Securities opinan que México perderá el grado de inversión entre 2021 y 2022, señalando como principal factor la desaceleración económica en los Estados Unidos y las decisiones del gobierno mexicano. Además de este importante factor, el deterioro fiscal, el aumento de la deuda (que puede llegar hasta el 60% del PIB) y una muy lenta recuperación económica por parte de México, serían factores que incidirían en este escenario complicado. Por ahora las previsiones no son nada alentadoras y las calificadoras así lo analizan y concluyen tomando en cuenta el contexto actual.